La lucha de los agricultores contra la Agenda 2030: qué es y por qué es su principal enemiga
Una de las principales reivindicaciones de los agricultores es la derogación de la Agenda 2030
La Agenda 2030 establece 17 objetivos propuestos por Naciones Unidas para lograr el desarrollo sostenible del planeta
Las protestas del campo surten efecto: La UE retira la ley para la reducción de los plaguicidas con mucha polémica
Después de tomar Madrid con sus tractores, los agricultores vuelven a las protestas en otros puntos de España. Este miércoles se manifestaron los de Unión de Uniones, y este jueves les toca a las asociaciones tradicionales: GOAC, ASAJA y UPA. Durante estas jornadas de protestas estamos viendo un lema repetido: “Derogación agenda 2030”. En Noticias Cuatro explicamos porqué esta es una de sus principales reivindicaciones.
La Agenda 2030 para el Desarrollo Sostenible es un plan de acción aprobado en 2015 por todos los 193 países miembro de Naciones Unidas. Establece 17 objetivos propuestos para lograr el desarrollo sostenible del planeta, entre los que se encuentran acabar con la pobreza, con el hambre en el mundo o el acceso universal a la salud y a la educación.
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El problema reside en que varios de estos objetivos de la Agenda 2030 impactan directamente sobre el trabajo de los agricultores. Por ejemplo, para acabar con el hambre en el mundo se propone “duplicar la productividad agrícola y apostar por la agricultura sostenible”.
Para lograr una agricultura sostenible, Europa creó el famoso Pacto Verde, foco de las protestas del sector agrícola, ya que reduce el uso de pesticidas y aumenta los requisitos ‘verdes’ que tenían que cumplir para recibir ayudas.
Las victorias de los agricultores sobre el Pacto Verde
Lo cierto es que, las protestas del campo que se han extendido por toda Europa han logrado que la Unión Europea haya suavizado las imposiciones a fertilizantes y pesticidas, lo cual ha supuesto sobrepasar una línea roja para los ecologistas. El Reglamento de Uso Sostenible de los Pesticidas (SUR) pretendía reducir el uso de los plaguicidas en un 50% para 2030.
Además, desde Bruselas también dieron marcha atrás en cuanto a la obligatoriedad de dejar las tierras en barbecho. Es decir, los agricultores no tendrán que dejar sus campos sin cultivar durante un tiempo para que se regeneren.