Pedro Sánchez, contestando a la exministra francesa Segoléne Royal, ha destacado que el tomate español es “imbatible”. “Creo que la señora no ha tenido la fortuna de probar el tomate español y la invito a España para que pruebe la gran cantidad de tomates que tenemos”, ha subrayado. Así lo ha destacado en la rueda de prensa -donde ha hablado de los ataques franceses- que ha ofrecido en Bruselas.
Y es que la exministra aseguró, en un programa de televisión galo, que los productos agrícolas ecológicos españoles son “falsos” y sus tomates bio “son incomestibles”. Además, acusó al sector agrícola español de no respetar las reglas francesas. El presidente del Gobierno ha tildado de “infundada” esa crítica y la ha invitado a probar el tomate español.
La exministra de Ecología de Francia y política socialista, Ségolène Royal, hizo una referencia de los productos ecológicos de España en plena crisis de los agricultores franceses. “Las frutas y verduras españolas no respetan las normas francesas y no deberían estar en las estanterías”, recalcó Royal.
Pedro Sánchez, más allá de la polémica, ha defendido al sector agrario español ante los ataques que están sufriendo por parte de los manifestantes en Francia. “He tenido ocasión de hablar con [Emmanuel] Macron al respecto. Respetamos todas las manifestaciones pacíficas, pero lo que debemos hacer es condenar con contundencia cualquier tipo de acción violenta que nada tiene que ver con las demandas”.
La respuesta parece que sí. Así lo respalda la Agence BIO, el organismo público francés encargado del desarrollo y la promoción de los productos ecológicos. “Un producto agrícola o transformado tiene el sello bio si cumple escrupulosamente las reglas establecidas por las normas europeas para el sector", han aclarado a EFE. "Venga de Francia, de España o de otros países europeos, un producto con etiqueta bio es bio, sin productos químicos sintéticos, organismos genéticamente modificados, sin colorantes, aromas químicos sintéticos ni modificadores de gusto", ha añadido.
La agencia ha insistido en que los productos biológicos vendidos en Francia están controlados "por certificadores independientes" de diferentes países miembros de la UE que, a su vez, "están controlados por la Comisión Europea". Son "controles estrictos y sistemáticos realizados en cada etapa de la producción, para lo cual se realizan inspecciones sobre el terreno y se analizan muestras", han destacado en medio de esta polémica alimentaria.