Los precios desorbitados de los alquileres en las grandes ciudades no son una sorpresa. El encarecimiento de los precios de las habitaciones y de los pisos compartidos complican la emancipación de los jóvenes en nuestro país. Según informan Hidelgard Romero y Laura Queijeiro en el video, a raíz de la crítica situación, muchos optan por buscar un domicilio en la periferia, pero el problema se está extendiendo a las afueras también.  

Irse a vivir al extrarradio no es tan barato como hace unos años. El alto precio de los alquileres y el encarecimiento de los domicilios está teniendo un efecto rebote en la periferia. La demanda y la falta de oferta hace muy complicado encontrar un piso en condiciones a buen precio: “Hace cosa de tres o cuatro meses, el piso estaba a 900 euros y ahora por la alta demanda de pisos, a 1.200”, comenta desesperado Antonio Vara. 

Desde hace meses, Antonio busca un domicilio para alquilar junto a su pareja Jennifer, pero la situación es insostenible: “Está fuera de nuestro alcance por completo, por más que trabajemos los dos es muy alto”. Alquilar en el extrarradio ya no es lo que era y la situación azota de lleno a miles de futuros inquilinos como Chus Pena: “Vivir en Coruña, y ya no en Coruña, sino en alrededores, se está volviendo caro, difícil”. 

La brecha es cada vez menor ya que los alquileres en área metropolitana crecer a un ritmo frenético, según indica Emma Martínez, gerente de 'S2M Inmobiliaria Comprar Casa': "Cuando en la ciudad estamos igual viendo unas subidas interanuales de sobre un 9%, en Cambre, Culleredo, Oleiros y en toda el área metropolitana podemos estar cerca de un 13% solo en un año”. Hace unos meses, “tú alquilabas por 500. Hoy es inimaginable, hoy nada baja de 650-700 euros". 

Un alquiler en la periferia ya no es más económico que en el centro de la ciudad, pero sí que puede ofrecer otras cosas: “Lo que puedes ganar es que en el mismo rango de precios consigas un dormitorio más, una plaza de aparcamiento o o una vivienda de construcción más reciente que en la ciudad”, expone la agente inmobiliaria María Cárdenas.

La subida de precios es el problema principal, pero no el único. Encontrar un piso, aunque sea por un precio desorbitado, se ha convertido en un reto. La falta de oferta se ha extendido también al extrarradio y en las inmobiliarias apenas hay pisos en alquiler, pero la demanda es infinita: “En dos días tuvimos como 20 visitas cada día, las colas en la calle eran tremendas y ya hacíamos visitas de tres y cuatro personas”. 

La situación, cada vez más insostenible, parece no tocar techo. Acceder a una vivienda digna, lo que era un derecho, se está convirtiendo en un lujo que no está al alcance de la mayoría de los bolsillos. 

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