A partir del 1 de enero de 2025, la edad legal de jubilación en España experimenta un nuevo incremento, en línea con las reformas establecidas para garantizar la sostenibilidad del sistema de pensiones. Este ajuste forma parte de una estrategia progresiva implementada desde el año 2013, que tiene como objetivo adaptar la edad de retiro a las realidades demográficas y económicas actuales que están vigentes en nuestro país.
De esta manera, y desde el primer día de 2025, la edad ordinaria de jubilación se sitúa en 66 años y 8 meses para aquellos trabajadores que no hayan alcanzado un tiempo cotizado de al menos 38 años y 3 meses. Se trata de un incremento de dos meses respecto a la fecha de jubilación vigente ell año anterior, y continúa la tendencia gradual hacia los 67 años prevista para el próximo 2027. También hay que tener presente que aquellos que acrediten al menos 38 años y 3 meses de cotización pueden acceder a la jubilación a los 65 años sin penalización.
Para obtener el 100% de la base reguladora de la pensión, es necesario haber cotizado un mínimo de 36 años y 6 meses. Aquellos trabajadores que no alcancen este periodo verán reducida la cantidad percibida en su pensión de manera proporcional. Este requisito se plantea para busca un equilibrio entre el tiempo de contribución y los beneficios recibidos posteriores, asegurando de esta manera la equidad y sostenibilidad del sistema.
La posibilidad de acceder a la jubilación anticipada se mantiene, aunque con condiciones más estrictas. En 2025, la jubilación anticipada voluntaria puede plantearse con hasta dos años de anticipación respecto a la edad ordinaria, es decir, a los 64 años y 8 meses para quienes no alcancen la cifra de 38 años y 3 meses de cotización, y a los 63 años en el caso de aquellos trabajadores que sí superen esa cantidad de tiempo trabajado. Es importante tener en cuenta que esta modalidad conlleva una serie de coeficientes reductores que pueden disminuir la cuantía de la pensión hasta un máximo de un 21%, dependiendo del tiempo de adelanto y de los años cotizados que se hayan acumulado.
Por otro lado, la jubilación anticipada involuntaria, destinada a trabajadores que han perdido su empleo por causas ajenas a su voluntad, permite el retiro hasta cuatro años antes de la edad ordinaria. En el año 2025, esto se traduce en una edad de jubilación de 62 años y 8 meses para quienes no alcancen los 38 años y 3 meses de cotización, y de 61 años para todos aquellos que sí los superen. Al igual que en la modalidad voluntaria, se aplican una serie de coeficientes reductores que pueden afectar de forma significativa a la cantidad percibida como pensión.
Todas estas modificaciones responden a la necesidad de adaptar el sistema de pensiones a la realidad demográfica de España, que en la actualidad presenta claros signos de un envejecimiento progresivo de la población, además de una mayor esperanza de vida. El objetivo, de esta manera, es garantizar la viabilidad financiera del sistema de pensiones a lo largo del tiempo, equilibrando el periodo de contribución laboral de los individuos con el tiempo de disfrute de la pensión una vez llega el momento de la jubilación.
Por todo esto, es muy importante que los trabajadores se informen de manera anticipada y sigan la evolución de estos cambios, permitiéndoles planificar su jubilación con suficiente antelación. Los aspectos de esta ecuación, como es el caso de los años de cotización, la edad de retiro y las posibles penalizaciones por jubilación anticipada, deben ser tenido en cuenta de forma especialmente cuidadosa para así tomar decisiones informadas que optimicen la pensión a recibir. Además, en todo caso, siempre es recomendable consultar con profesionales especializados o con la propia Seguridad Social para obtener información personalizada y actualizada en cada caso.
La reforma de las pensiones en 2025 introduce cambios significativos en la edad de jubilación y los requisitos de cotización en España. Estas medidas buscan asegurar la sostenibilidad del sistema y adaptarse a las tendencias demográficas actuales. Es esencial que los trabajadores comprendan estas modificaciones y planifiquen su retiro de manera estratégica, considerando todas las variables involucradas para garantizar una jubilación segura y satisfactoria.