El teatro más antiguo del mundo está en España y sigue abierto


El Teatro Español de Madrid lleva representando de forma continuada obras de teatro desde su apertura en el siglo XVI
Se le bautizó como Corral del Príncipe porque el edifico se levantó en un patio de una casa donde los dueños criaban animales en la calle del Príncipe
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El 27 de marzo es el Día Mundial del Teatro, una celebración de suma importancia para nuestro país. Si se tiene en cuenta la representación continuada de obras de teatro, el teatro más antiguo del mundo está en España y sigue abierto. Se trata del Teatro Español de Madrid, que se asoma a la céntrica Plaza de Santa Ana desde la calle del Príncipe número 25.
Una función de teatro es pura magia; transporta al espectador a un mundo paralelo e imaginario que se convierte en una realidad con la que escapar o en la que quedarse de por vida. El teatro entretiene, cautiva, conmueve, educa, transmite, hace soñar, contagia… Hay evidencias suficientes de que en los siglos V y VI a. C. las civilizaciones griegas y romanas ya se entretenían con representaciones de obras teatrales al aire libre.
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Estas manifestaciones artísticas fueron evolucionando; en la Edad Media las obras eran dramáticas y pretendían dar lecciones de moralidad y afianzar las creencias religiosas, después, durante el Renacimiento (siglos XV y XVI) los autores empezaron a profundizar en aspectos sociales, políticos e incluso más personales e íntimos.
En España, en el siglo XVI los artistas empezaron a marcharse a Italia para empaparse de la corriente renacentista y a su vez los artistas italianos también vinieron a la península ibérica con la misma finalidad. Todo ello hizo posible que esas nuevas ideas se implantaran con fuerza en nuestro país. Una muestra de ello es la primera representación teatral que tuvo lugar en el emplazamiento donde hoy se encuentra el Teatro Español de Madrid un 21 de septiembre de 1583.
Lo asombroso es que, desde entonces, y a pesar de muchos acontecimientos, incluidos dos incendios, el edificio de la calle del Príncipe ha mantenido su objetivo inicial hasta la actualidad. De este modo se puede afirmar que el Teatro Español es el más antiguo del mundo en cuanto a la representación continuada de obras de teatro. Los espectados han disfrutado aquí de los libretos de todos los grandes de la literatura española: Cervantes, Lope de Vega, Tirso de Molina, Calderón, Duque de Rivas, Zorrilla, Pérez Galdós, Unamuno, Valle-Inclán, Benavente, los Machado, García Lorca, Mihura o Buero Vallejo.
La historia del Teatro Español de Madrid
Todo empezó en 1582 cuando la Cofradía de la Sagrada Pasión y la Cofradía de Nuestra Señora de la Soledad reunieron el dinero suficiente para comprar en la calle Príncipe un terreno. Se trataba de un patio de una casa particular que los dueños utilizaban para cuidar a sus animales domésticos. Por ello a este teatro inicial se le conocía como Corral del Príncipe. Tal como contaba el cronista de la época Casiano Pellicer, esa primera representación del 21 de septiembre de 1583 se celebró cuando todavía en el teatro no estaban hechas “ni gradas, ni ventanas, ni corredor”.
En los Archivos de Madrid se puede encontrar un plano del interior de la sala que dibujó el arquitecto Pedro de Ribera en 1735. Años más tarde se tomó la decisión de derribar el Corral del Príncipe para construir un nuevo teatro. En 1745 se inauguró bajo el nombre de Coliseo del Príncipe, un edificio diseñado bajo las directrices italianas del momento por Juan Bautista Sachetti, el arquitecto mayor de la ciudad de Madrid.
En 1802 fue pasto de las llamas. Afortunadamente, la estructura de la fachada exterior no resultó dañada y se encargó a Juan de Villanueva, el arquitecto que había diseñado el Museo del Prado de la capital, que se ocupara de volver a levantar el teatro. El experto aprovechó para ampliar el escenario y actualizar la fachada según el estilo neoclásico con balcones y un frontón triangular, tal como se encuentra actualmente desde su reinauguración en 1807.
Eran los tiempos del reinado de Carlos IV y el teatro mantuvo una decoración y una ornamentación interior parecida a la que en esos años imperaba en el Palacio Real de Madrid o en la de los palacios de El Pardo o de Aranjuez sitos a pocos kilómetros de la ciudad. El edificio siguió acogiendo representaciones de obras con tanto éxito que en 1849, durante el reinado de Isabel II, se decidió que se convirtiera en Teatro Nacional y al mismo tiempo pasó a denominarse Teatro Español. A los dos años, el Ayuntamiento de Madrid recuperó su propiedad pero mantuvo su nombre que se conserva hasta nuestros días.
En 1975 el escenario y gran parte de la sala se incendiaron. Se arreglaron los desperfectos pero el edificio siguió sufriendo obras y reformas para ir adaptándose a los tiempos. Incluso el estado de ruina en que se encontraba en 1887 obligó a su cierre. Tras una restauración fue abierto en 1895. Años después se amplió y se produjo una reconstrucción parcial hasta que en 1991 se encargó a los arquitectos Andrés Oñoro y Enrique Ortega una segunda ampliación y otra reforma. Las obras definitivas concluyeron en 1995 con un nuevo espacio que disponía de sala de ensayos, biblioteca, cafetería y sala de exposiciones, además de oficinas y almacenes.
Programación del Teatro Español
Actualmente, el Teatro Español cuenta con dos salas. La Sala Principal con 735 localidades repartidas en tres pisos, dotada de “una prodigiosa acústica” y de dos famosos balcones: el Palco del Rey al que se accede por el ascensor real, de principios del siglo XIX, y el Palco del Alcalde. Además, en la última reforma de 2006 se habilitó una segunda sala, la Sala Pequeña Margarita Xirgu, ubicada en el antiguo Café del Príncipe con 110 localidades, cuya disposición se puede configurar según las necesidades de la representación. Encima de la Sala Pequeña se encuentra el Salón de los balcones, donde se exhiben obras de teatro de pequeño formato.
Por otra parte, dentro del teatro se sigue manteniendo el Salón de Té, con un “reloj-ascensor”; el Salón Tirso de Molina, que en sus inicios era utilizado para que los actores y actrices recibieran a sus invitados; y el Parnasillo, una sala donde los dramaturgos se reunían con la compañía para hacer la primera lectura de la obra.
El Teatro Español sigue más vivo que nunca. Hasta el 30 marzo se representan Historia de una escalera de Antonio Buero Vallejo en la Sala principal y Natacha de Luisa Carnés en la sala Margarita Xirgu. Además de otras funciones, el 11 de abril próximo se estrenará Romance sonámbulo en la Sala Principal, un espectáculo de ballet español basado en los versos de Federico García Lorca.