Este es el origen de los nombres de las provincias españolas

  • Los nombres de las provincias españolas han sufrido varias modificaciones hasta llegar al actual

  • Hay algunas provincias de las que no se tiene muy claro cuál es su origen o significado

  • Todas las bases aéreas que tenemos en España

En 1833 fue el año en el que el entonces secretario de Estado de Fomento, Javier de Burgos, pensó una división del mapa español. Se trataba de dividirlo en 49 territorios, a los que llamó provincias. El objetivo de este cambio era reforzar la centralización del Estado y así, como resultado, agilizar la burocracia en áreas como la política, judicial o aristocrática.

Este modelo que pensó De Burgos, consiguió prevalecer en el tiempo y se convirtió en la base del que tenemos hoy en día. Es cierto que fue sometido a algunos cambios, de los cuales resultó con el incremento del número de provincias a 52, ya que se añadieron Ceuta y Melilla, y se dividió la provincia de Canarias dando lugar a Santa Cruz de Tenerife y Las Palmas.

De acuerdo a lo publicado en el Real Decreto de 1833, el cual fue aprobado por esta división administrativa, las nuevas provincias tomarán el nombre de sus capitales respectivas, excepto las de Navarra, Álava, Guipúzcoa y Vizcaya, que conservarán sus actuales denominaciones”. También se determinó que las dos provincias insulares de aquel entonces, Baleares y Canarias, mantuvieran su toponimia.

Tiempo después, las Cortes Generales aprobaron, poco a poco, por ley los cambios de nombre de tres de regiones. En primer lugar, la provincia de Logroño se renombró como La Rioja, tal y como la conocemos hoy en día. Lo mismo pasó con la de Santander, que pasó a denominarse Cantabria y la de Oviedo, como Asturias.

Otras también sufrieron modificaciones más recientes, pero estas estaban relacionadas con las lenguas oficiales de las autonomías. Debido a esto, se transformaron los nombres oficiales de varias de estas provincias como: Ourense, A Coruña, Araba/Álava, Bizkaia, Gipuzkoa, Girona, Lleida e Illes Balears. Por el contrario, se estableció la cooficialidad de los nombre de Valencia y València, Alicante y Alacant, Castellón y Castelló, y también Navarra y Nafarroa.

¿De dónde vienen los nombres de las 52 provincias españolas?

  • Albacete: su nombre procede de la forma árabe Al-Basit, que se traduce como “el llano” y que se refiere a la llanura donde se encuentra la capital.
  • Alicante: La capital comenzó siendo un asentamiento íbero-romano que tenía como nombre Lucentum, que proviene del nombre griego Akra Leuké que significa “fortaleza blanca”. Este nombre fue evolucionando hasta que llegó la etapa árabe donde se le denominó Al-Laqant.
  • Almería: Durante la época musulmana, su capital adoptó su nombre de una atalaya que vigilaba la zona marítima de Bayyana. Esta estructura se llamaba Al-mariyat Bayyana. La ciudad se fue construyendo posteriormente a su alrededor.
  • Álava: Tanto la forma en castellano como la que se denomina en euskera, según las investigaciones de Patxi Salaberri, tienen sus raíces en el nombre Alaba, que tiene origen celtibérico. Su significado no está muy claro, ya que podría asociarse a conceptos geográficos como una llanura, un río o un monte.
  • Asturias: Este nombre surge del término celta stour, que se traduce como “río”. El río Esla era, por entonces, conocido como Astura, y en sus orillas se situaba el pueblo prerromano de los Astures.
  • Ávila: Las raíces de este término no son precisas, sí que se tiene constancia documentada de que existían unas inscripciones que hacían referencia a una ciudad llamada Avila o Avela. Se baraja que pueda tener orígenes púnicos, vascuences o germánicos.
  • Badajoz: Su actual nombre procede de su antigua denominación medieval de "Mu’assassat Batalyaws" que es una adaptación árabe de un nombre que parece, que su origen no es musulmán.
  • Barcelona: Aunque el nombre de la capital catalana no tiene un origen contrastado, la colonia romana que habitaba en la zona se denominó Barcino. Existen dos hipótesis, en una se habla de una estirpe cartaginesa llamada Barca y por otro lado, otra que tiene un origen mitológico que se centra en la figura de Hércules y la pérdida de una de sus nueve embarcaciones llamada Barca Nona.
  • Bizkaia: El origen de este nombre cuenta con una teoría contrastada del euskera que procede de la voz bizkai o bizkar, cuyo significado se refiere a un “lugar elevado”. Otros de los posibles orígenes que se han estudiado tienen que ver con las características físicas que se dan en esta región, ya que, aluden a su condición de zona accidentada.
  • Burgos: La figura ‘-burgo’ aparece en varios topónimos europeos como pueden ser Luxemburgo, Estrasburgo o Edimburgo. Pero, el significado de este término, de origen germánico, no se acaba de concretar, siendo la forma burg que significa “castillo” y berg que se refiere a una montaña como las más consolidadas. Por otro lado, hay documentos que sostienen que ‘burgos’ significa pequeñas poblaciones de casas esparcidas.
  • Cáceres: también existen varias hipótesis sobre el origen del nombre, pero una de las más potentes puede ser que tenga que ver con sus raíces romanas y la evolución del nombre de la colonia Norba Caesarina o del campamento Castra Caecilia. Aunque no se descarta que pueda tener raíces árabes.
  • Cádiz: este nombre procede del nombre Gádir que tomó cuando la ciudad fue fundada por los fenicios. Esto significa “castillo”, “fortaleza” o “recinto murado”. Posteriormente, los romanos la renombraron como Gades.
  • Cantabria: Una de las teorías más extendidas, aunque no se han confirmado, es que puede significar “pueblo que habita en las peñas”, ya que incluye la raíz celta cant-, que tiene una traducción como “roca” o “piedra”.
  • Castellón: Esta ciudad tomó su nombre de la antigua urbe íbera de Castalias.
  • Ceuta: Los siete montes que hay en la región serían los que hicieron que los romanos denominaran a la ciudad como Septem Frates, es decir, “Siete hermanos”. Durante la época árabe, la primera palabra de este topónimo evolucionó a Sebta, de donde surgió el nombre de esta ciudad autónoma.
  • Ciudad Real: en sus inicios la ciudad se llamaba Pozo Seco de Don Gil, posteriormente, en 1255, se la rebautizó como Villa Real por Alfonso X. En 1421, el Rey Juan II de Castilla, cambió el rango de “Villa” a “Ciudad”, después de que ésta respondiera a con cientos de soldados a la llamada de socorro del monarca que fue secuestrado por el infante Don Enrique en el castillo de Montalbán.
  • Córdoba: Su nombre viene de la ciudad antigua fundada como Corduba por el patricio y general romano Claudio Marcelo después de que durante varias décadas convivieran romanos y turdetanos.
  • A Coruña: El nombre de la ciudad nació en 1208 para sustituir al de Faro, el cual ya había sido reemplazo del antiguo Brigantium. La institucionalización medieval del nombre fue un acto administrativo del rey Alfonso IX, que coincidió con la concesión a los habitantes de Faro de una carta foral, lo mismo que pasó con otras villas gallegas y leonesas. El nombre que se registró en latín fue Crunia en 1208, y tiene un origen literario que se supone que ha sido tomado de un topónimo que aparece en la Historia Turpini, el libro IV del Códice Calixtino.
  • Cuenca: El nombre de esta ciudad es una derivación del dado por los árabes a un castillo fundado en el siglo IX, Al-Madina Cunca. La denominación de la fortaleza tiene como origen el término latino concha, que alude al valle profundo montañoso donde se ubica la capital.
  • Girona: Aunque no se conoce un significado concreto, se sabe que viene de la ciudad de Gerunda, que se fundó en el siglo I a.C., durante las Guerras Sertorianas.
  • Granada: Las raíces toponímicas de la capital se encuentran en la ciudad zirí de Medina Garnata. Su significado se debate entre el Gar-anat de procedencia árabe que se traduce como “colina de peregrinos” y el granatum latino que es “granado”.
  • Guadalajara: La ciudad en sus orígenes se llamaba Madinat al-Faray, posteriormente, en su periodo árabe, obtuvo el nombre de Wad al-Hayarah, que era como se denominaba al río Henares, “río de piedras” por su escaso caudal. Aunque también se apunta a que pueda significar “valle de los castillos de piedra”.
  • Gipuzkoa: Hay constancia de documentos del año 1025 en el que se denomina como Ispuscua, el significado de este nombre no se confirma aunque todo apunta a que pueda significar “lo del Norte” o “lo del borde”.
  • Huelva: Su denominación procede del asentamiento fenicio y tarteso de Onuba. Y su nombre puede estar relacionado con la expresión fenicia Onos Baal, que significa “Fuerza de Baal”, un dios asirio adorado en la zona. Otras teorías dicen que tiene que ver con el sufijo fenicio uba que significa “agua”, o con el término hebreo Hu-Nuba que quiere decir “la habitación”. Durante el dominio musulmán, se cambió su nombre a Welba.
  • Huesca: La primera referencia del nombre de la ciudad fue el término Bolskan, ya que se acuñó en varias monedas iberas localizadas en la zona. Este nombre evolucionó al Osca romano y el Waska arabe. Durante la reconquista, volvió a adoptar el nombre romano, y más tarde adquirió el nombre aragonés Uesca.
  • Illes Balears: Este archipiélago recibe su nombre de la voz púnica ‘Ba’ lé yahoh’, que significa “los maestros del lanzamiento de piedras” refiriéndose al antiguo ejército de honderos de las islas.
  • Jaén: Hay dos principales hipótesis: la primera viene dada de la palabra latina Gaiena (“villa de Gaius”) que evolucionó al árabe Yaiyan, o también que viene del término hebreo Dayan que quiere decir “juez”, que evolucionaría a Yayyan.
  • León: su nombre tiene como origen la palabra legio o “legión”, en referencia a una legión romana relacionada con esta ciudad.
  • Lleida: Según ciertas hipótesis el nombre de esta ciudad puede significar “ciudad del lobo”, y tiene su origen en la íbera Iltirta, la romana Ilerda, la musulmana Larida y la medieval Leyda.
  • Lugo: El origen de esta ciudad es el campamento romano de Lucus Augusti, aunque también hay teorías que apuntan a que el origen del nombre está relacionado con la divinidad celta Lugus.
  • Madrid: el nombre de la capital española procede el árabe Magrit que evolucionó a Magerit. Y tendría relación con el término magra que quiere decir “cauce del río” unido al sufijo romance it que significa “en abundancia”.
  • Málaga: En el siglo VIII, fueron los fenicios quienes fundaron la ciudad y la bautizaron como Malaka, esto evolucionó a la Malaca romana y la Maliqa árabe. Su significado se debate entre “sal”, “factoría” o “reinar”.
  • Melilla: Los fenicios la llamaron Rusadir, aunque los árabes comenzaron a llamarla Mliliat, un término que procede del vocablo Tamlilt que en lengua bereber significa “la blanca”.
  • Murcia: Hay muchas hipótesis sobre el origen de este nombre, están el término árabe mursah que es “fortaleza”, la divinidad latina Venus Murcia, puede derivar el verbo mulcere que quiere decir “tocar”, la palabra latina myrtia o lugar lleno de mirtos (una especie vegetal), o la forma hebrea Morsayas (“Dios, el orfebre”).
  • Navarra: se piensa que este nombre viene de Nabarra que quiere decir “la gran llanura próxima a las montañas”.
  • Ourense: Su origen podría estar en la voz romana Auriense (“Ciudad del oro”) haciendo referencia a la gran concentración que existía en el río Miño de este mineral.
  • Palencia: Esta ciudad fue fundada por el pueblo romano de los vacceos como Pallantia, que quiere decir “campos del río” o también “cerro amesetado”.
  • Las Palmas: El nombre de la provincia fue extraído de su capital Las Palmas de Gran Canaria, la cual, fue fundada como un campamento llamado El Real de las Palmas, en referencia al palmeral contiguo al barranco de Guiniguada.
  • Pontevedra: Su origen está en el término latino potem veteram o “puente viejo”, construido por la construcción romana para salvar el río Lérez y la ría de Pontevedra.
  • La Rioja: El origen que se baraja es su relación con el Río Oja, también hay teorías que apuntan a raíces vascas como erriogia (“tierra del pan”), errioxa (“país frío”) o arrioxa (“mucha piedra”).
  • Salamanca: En su etapa celtibérica en el siglo IV a. C. se la denominaba como Salmantica, existe la teoría de que puede haber sido llamada Hemantika por los griegos o Hermandica por los romanos, y también, que fuera fundada como Salmantica por el rey Teucro de Salamia, en homenaje a su reino.
  • Santa Cruz de Tenerife: este nombre se divide en dos partes: el origen de Tenerife tiene varias interpretaciones la más extendida es que significaría “monte blanco”: tener (“monte”) e ife (“blanco”). La denominación de “Santa Cruz” fue impuesta en 1494 por el conquistador Alonso Fernández de Lugo, que bautizó así a la ciudad guanche de Añazo cuando ésta fue tomada.
  • Segovia: Se piensa que su nombre tiene como raíz la palabra celta seghos, que significa “victoria”, pero no se tienen muchas pistas del origen de esta ciudad.
  • Sevilla: El nombre de esta ciudad tiene su origen en Spal, una palabra tartesia que quiere decir “tierra llana”. Posteriormente evolucionó a Hispalis durante la época romana, y luego a Ishbiliya durante la época árabe.
  • Soria: Una de las principales hipótesis dice que el topónimo procede de Doria, nombre de un castillo propiedad de un capitán griego llamado Dórico.
  • Tarragona: Este nombre viene de la antigua Tarraco, nombre con el que se fundaron la ciudad, en el año 218 a.C., las fuerzas del general romano Escipión.
  • Teruel: El nombre de la ciudad podría derivar de una región íbera de la zona llamada Turboleta, la cual evolucionó al árabe Tirwal. Otra hipótesis es la fusión de dos términos aragoneses: Tor (“toro”) y uel (“estrella”), ya que el escudo de la ciudad aúna los dos elementos.
  • Toledo: Tiene su origen en el nombre romano Toletum, que significa “lugar en alto”, y después evolucionó al árabe Tulaitula.
  • Valencia: El primer nombre que se dió por los romanos a la ciudad fue Valentia Edenatorum (“valor en tierra de los edetanos”). Los árabes mantuvieron el nombre de Balansia al reino, pero a la ciudad la denominaron como Madinat al-Turab (“ciudad del polvo”).
  • Valladolid: entre las principales hipótesis dicen que el nombre de esta ciudad podría derivar del árabe Balad al-Walid (“Puebla de Walid”) en referencia al califa omeya Walid I, o también de Vallis Tolitum, un término latino-celta, que quiere decir “valle de aguas”.
  • Zamora: Ésta es una de las toponimias más desconocidas, se sabe que la ciudad se llamaba Semure durante el periodo visigodo, pero no se saben los orígenes ni el significado. Una de las hipótesis más plausibles es que pudiera haber una relación con una localidad africana llamada Zemmora o que Semure tenga relación con una francesa, llamada Semur.
  • Zaragoza: La primera ciudad íbera en la zona se llamaba Salduie, posteriormente, veteranos soldados romanos fundaron una colonia llamada Caesar Augusta, esto evolucionó a Medina Albaida Sarakosta, que se traduce como “ciudad blanca de Sarakosta” por la cantidad de yeso que había en sus edificios.

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