¿Qué debemos hacer para evitar que se repita la tragedia de Valencia? Es lo que le hemos preguntado a Francisco Javier Tapiador, una de las personas que más ha trabajado en el estudio de la precipitación en España. “Presas en la cabecera de los ríos y encauzamiento del agua”, es su escueta respuesta. Acto seguido admite que su ejecución es complicada, y más en el actual clima político, muy cortoplacista. “Pero esto no es una cuestión política", avisa Tapiador, "los políticos tienen que hacer caso a los técnicos”.
Tapiador ha sido investigador en la NASA, en las universidades de París y Manheim, entre otras. Lleva más de veinte años en la Universidad de Castilla-La Mancha, en la sede de Toledo. Es catedrático de Física y Geógrafo, por lo que domina también la parte territorial del problema.
Para Tapiador la obra pública en los cauces es muy crucial, aunque no necesaria en todos los casos. “Valdría con no construir en zonas inundables y hacer una alerta a tiempo”, explica. Denuncia que en España se ha construido mucho en zonas inundables. “Hay leyes que lo prohíben, pero en nuestro país buscamos que no se cumplan”, revela.
Es un problema que afecta a todo el litoral mediterráneo. Tapiador avisa: “(La DANA en Valencia) puede suceder el año que viene”.
Tapiador colabora con la NASA en varias misiones espaciales que tienen como objeto medir la precipitación con satélites. Precisamente la página web del proyecto de medida de la precipitación global (GPM) de la agencia estadounidense acaba de publicar su primer análisis y una animación de lo que midieron sus satélites.
La NASA explica que las inundaciones se debieron a las intensas precipitaciones de un sistema de bajas presiones en niveles superiores (DANA) que se estancó al sur de España. Este sistema de bajas presiones estuvo acompañado por un chorro de viento del este de bajo nivel sobre el mar Mediterráneo y el centro-este de España. La NASA confirma que las temperaturas de la superficie del mar en gran parte del Mediterráneo occidental fueron superiores a la media para esta época del año. Estas temperaturas del mar cálidas, combinadas con el fuerte chorro de viento del este, proporcionaron una fuente de humedad para las precipitaciones sobre el centro-este de nuestro país.
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