Julia Navarro: “Ahora existe la tentación de que la historia la escriban los políticos y es peligrosísimo”
La escritora publica ‘El niño que perdió la guerra’, un alegato sobre el poder transformador de la cultura y la sinrazón de todos los totalitarismos
“A mí me da lo mismo que pinten los totalitarismos de rojo o de azul: al final tienen muchas señas de identidad comunes”
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“No echo de menos el periodismo. Me sentiría un poco como pez fuera del agua”, bromea Julia Navarro cuando se le pregunta por su pasado como reportera. Hace 22 años decidió dar el paso a la ficción con la publicación de ‘La hermandad de la Sábana Santa’. Aquel éxito derivó en otras ocho novelas. “Yo ya había hecho casi todo en periodismo. Merecía la pena jugármela y abrir una puerta a esa nueva pasión de la literatura”.
Y ahora alumbra una nueva criatura. Se titula ‘El niño que perdió la guerra’ (Plaza & Janés), un alegato sobre el poder transformador de la cultura y la sinrazón de todos los totalitarismos. “A mí me da lo mismo que pinten los totalitarismos de rojo o de azul. Al final tienen muchas señas de identidad comunes. Los dictadores temen más las palabras que las armas”, sostiene.
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Julia Navarro sitúa su nueva novela en un periodo histórico especialmente convulso: los años de la Guerra Civil española y la dictadura de Franco, y los de una Unión Soviética convertida en la cárcel de Stalin. Dos dictadores que, desde extremos opuestos, cubrieron de cadenas la libertad de sus pueblos.
Julia Navarro resalta el valor de rescatar las experiencias históricas
La novela cuanta la historia de un niño que es enviado a Rusia al final de la Guerra Civil española. Es un testimonio de la tristeza de aquellos días y del desarraigo, pero también del valor de dos mujeres que defienden el valor de la cultura frente al poder y frente a sus maridos.
Julia Navarro defiende el valor de rescatar estas experiencias históricas. “Es muy importante que en los sistemas educativos la historia juegue un papel relevante -explica-. Pero ojo: la historia la tienen que escribir los historiadores, no lo políticos. Ahora existe esa tentación. Es peligrosísimo dejar la historia en manos de los políticos”.
La autora alerta de que actualmente vivimos un momento complicado en el mundo, incluso en el seno de la propia Unión Europea, con muchos países que se están deslizando hacia regímenes autocráticos, sistemas en los que existe una apariencia de democracia, pero donde se van recortando las alas a la libertad.
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