Tras el éxito que alcanzó con ‘La especie elegida’, el reconocido paleontólogo Juan Luis Arsuaga realizó su primera incursión en la novela en 2005 con ‘Al otro lado de la niebla’. Una novela que aúna su enorme caudal de conocimientos científicos con las evocadoras leyendas de los hombres sabios de todas las partes del mundo, incluida nuestra propia tierra. Un relato de la prehistoria con la fuerza de la ficción que une aventura, filosofía y mitología.
Ahora, Destino reedita aquella ficción, que contiene muchas enseñanzas aplicables en la actualidad. “La especie es fuerte, el individuo no”, explica. “Vivimos en la tensión de querer ser de un grupo, pero a la vez queremos ser nosotros. Todo el mundo tiene la necesidad de convertirse en alguien”, añade.
Algunos “soñadores” consiguen ese propósito de ser alguien, de tener un “nombre verdadero”, y entre ellos están los artistas o los científicos. “El científico es muy creativo. No hay nada más creativo, por ejemplo, que el descubrimiento de la circulación de la sangre”, sostiene Juan Luis Arsuaga.
Pero la ciencia puede parecer inaccesible para muchos. “La ciencia nos cuesta es contraintuitiva -argumenta Arsuaga, que es uno de los mayores divulgadores científicos de nuestro país-. ¿Por qué se atraen dos cuerpos, como decía Newton? Parece pensamiento mágico”, bromea.
En ‘Al otro lado de la niebla’, Juan Luis Arsuaga une las evocadoras leyendas de los sabios ancianos de la tribu con sus grandes conocimientos paleontológicos. Desde que el mundo era muy joven el hombre usa historias para comunicarse con los otros, porque las palabras adecuadas no siempre salen de la boca.
Pero el paleontólogo lamenta que nuestro mundo mental se esté empobreciendo a la misma velocidad que nuestro uso del lenguaje. “Nuestro vocabulario es mucho más pobre, la gente ya no habla, sino que ladra: dice guau”, ironiza Arsuaga.
La muerte también está muy presente en esta primera obra de ficción del codirector de las excavaciones de Atapuerca. “El principal problema que intenta resolver la mente humana es por qué nos morimos, por qué hay especies inmortales, como los bogavantes que nos comemos”, explica. “Si se trata de ser eternamente jóvenes, vale, pero no sé si compensa ser eternamente viejos”, añade.
El joven protagonista de esta historia, Piojo, no acabará de entender porque a veces sus coetáneos buscan explicaciones naturales para lo que ven y otras veces recurren a poderes sobrenaturales. Tanto como la búsqueda de un sentido, un principio que explique la creación, los paisajes contemplados y las criaturas que habitan los llanos, las montañas y las cuevas.
Arsuaga echa mano de ‘Walden’, el clásico de Henry Thoreau, para explicar cómo ha tratado de dar un sentido a su vida. “Hay que vivir deliberadamente, en cada momento, sabiendo lo que estás haciendo, conscientemente”, exclama, antes de añadir: “Para disfrutar la vida ayuda mucho la cultura. Y es gratis total”.
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