José Antonio Marina es un filósofo, ensayista y pedagogo español que presenta su nuevo libro ‘Historia universal de las soluciones: en busca del talento político’. Su labor investigadora se ha centrado en el estudio de la inteligencia y en los mecanismos de la creatividad artística, científica, tecnológica y económica. Se cuestiona dónde aprenden los políticos su oficio, y concluye que lo hacen luchando por el poder.
Al ser preguntado por si sería necesaria una escuela de políticos, ha respondido: “Sí, no solo en España, sino en todo el mundo y por una razón evidente, porque el político es el oficio de mayor trascendencia social que hay”. Ante la pregunta de qué deberían aprender los políticos, contestó: “Cuando yo pido una escuela para desarrollar el talento político es para desarrollar el talento político de los gobernantes y para desarrollar el talento político de los gobernados”.
Tenemos que aprender un mismo objetivo que es la felicidad pública, porque mientras la felicidad privada es una sensación subjetiva, la felicidad pública es una situación objetiva. Al preguntarle si las ideologías ayudan a conseguir esta felicidad pública, dice que “no, las ideologías siempre son un modo simplificado de buscar soluciones, que además se aceptan por fe y que tienen muchísima dificultad para aprender”.
Ante la última pregunta sobre si necesitamos una vacuna para combatir la estupidez, contesta que “las vidas de repente pueden estar con un sistema inmunológico deprimido y no reconocer los virus que le están contagiando, sus grandes amenazas y, por tanto, no producen sistemas defensivos para atacarlo”.
Algunos de sus ensayos más importantes son: ‘El misterio de la voluntad perdida’ en el que analiza la crisis de la voluntad en la sociedad y educación contemporáneas, ‘Diccionario de sentimientos’ en el que destaca que utilizamos más sentimientos negativos que positivos en el lenguaje y la necesidad de una educación emocional, y ‘Dictamen sobre Dios’ en el que investiga el concepto de divinidad y su conexión con la noción de existencia. Ganó el Premio Nacional de Ensayo en 1993 por ‘Elogio y refutación de ingenio’