La saturación es tal que los adolescentes se ven obligados a dormir en comisarias de Barcelona porque no caben en centros de acogida. Sólo en agosto llegaron a Cataluña 450 menores no acompañados, casi todos marroquíes y subsaharianos. En los dos últimos meses, han entrado en España más niños que en los últimos tres años.
Duermen en los pasillos, hacinados en los baños. Ellos mismos nos cuentan que han llegado a España debajo de un camión o en zodiac. Terminan durmiendo en el suelo y buscando un techo bajo el que pasar la noche.