Hace tan solo unos días se conocía la decisión del Tribunal Supremo de investigar a Ávaro García Ortiz, fiscal general del Estado ¿El motivo? tras la denuncia de Alberto González Amador, pareja sentimental de Isabel Díaz Ayuso, y el escándalo en el que se ha visto inmerso el PSOE por presunta corrupción, el fiscal estaría en el punto de mira por un un presunto delito de revelación de secretos.
Para conocer más a fondo lo sucedido y aclarar finalmente si el fiscal está imputado o no, 'Todo es mentira' ha conectado en directo con el magistrado Joaquim Bosch, quien nos explica detalladamente, punto a punto, la situación y comparte su perspectiva sobre lo ocurrido.
El magistrado, pese a la complejidad del asunto, aclara lo que sucede y por qué está aún en duda si el fiscal está o no imputado: ''Está todo a la vez, imputado y no imputado en función de la lectura que hagamos. Desde una perspectiva estrictamente formalista del derecho, no está aún imputado un investigado porque la imputación se produce en el momento en el que el magistrado instructor lo cita para que declare y ese momento todavía no se ha producido''.
''También es cierto que del auto del Supremo se desprende que con toda probabilidad el magistrado instructor lo va a citar. Es cierto que formalmente todavía no se ha producido esa citación y por eso él puede decir que formalmente no ha sido todavía llamado como imputado'', revela Joaquim en el programa.
Risto Mejide se ha interesado por el recorrido jurídico que hay en la investigación al fiscal general del Estado y el magistrado lo ha explicado detalladamente: ''Se ha producido lo que se llama un giro de guion. Inicialmente el Tribunal Superior de Madrid consideraba que lo que podría ser delictiva es la nota de prensa que difundió a la Fiscalía, pero ahora el Tribunal ha dicho que eso no es delito porque eran correos que ya habían sido publicados por los medios''.
''El giro de guion consiste en que lo que se le va a imputar probablemente al fiscal es la posibilidad de que haya filtrado los correos. La diferencia es enorme porque si el Tribunal Supremo hubiera considerado que la nota de prensa era delictiva, el fiscal había admitido que él era el que la había difundido, exculpaba a sus subordinados y decía que él era el autor de su envío, pero el Tribunal Supremo no ha ido por ahí y ha dicho que hay que investigar quién ha filtrado esos correos electrónicos'', explica de manera extendida el magistrado.