Los tronistas y pretendientas aprovecharon la tranquilidad de la noche para intercambiar sus “secretos inconfesables” y, una vez abierta la caja de los truenos, empezaron a salir a la luz todo tipo de verdades. Una de ellas confesó que se sacó “la ESO sin pisar ni un día las clases”, otra de ellas habló de su bisexualidad y María contó que en el pasado ‘cogía prestadas’ las fundas de los móviles.