Era el primer día en la casa de David y Marco: Miguel les recibió y fue un gran anfitrión, pero cuando llegó el momento del reparto de camas, la cosa se puso un poco tensa. Cuando quisieron instalarse en las habitaciones, Miguel les dijo cuál era la suya y después le enseñó donde iban a dormir sus compañeros. A David no le gustó nada este reparto, quería el cuarto de Miguel.