El tema de Albert todavía estaba revoloteando entre los pretendientes, ya que aún no habían olvidado que el ex de su tronista había estado en plató para sacar sus trapos sucios. El primer chico con el que Jenni tuvo que enfrentarse fue Miguel, la tronista discutió con el pretendiente, soltando un desafortunado comentario que hizo que Toñi Moreno la interrumpiese para darle un tirón de orejas: “Porque seas tronista no decides sobre la vida de los demás”.
Más tarde, la propia presentadora quiso que pretendiente y tronista hicieran las paces, por lo que los invitó a levantarse, mirarse a los ojos y hacer que se autoinvitaran a una cita. Aquí, Miguel tiró de su arte andaluz y le vació delante de todos diciendo que "ahora no quiero una cita". Jenni se lo tomó a mal, pero cuando supo que era una broma no pudo evitar sonreír y aceptar el abrazo de su chico.
Uno de asuntos más graves que Jenni tenía que afrontar era su situación con Saul. El pretendiente no habla, no se defiende en plató, pero cuando llega a la cita con la tronista no puede evitar comérsela a besos. El chico era el mejor amigo de su ex y confiesa que el otro día estaba derrumbado: “No me defendí porque aún le tengo cariño”. Sin embargo, aunque fuese su mejor amigo, ha decidido seguir conociendo a Jenni entre besos: “Esto va para adelante”.
La última cita llegó con Martí, quien había recibido unos mensajes de Albert en el que supuestamente explicaba todas las mentiras de Jenni. Sin embargo, no contó nada y Martí dejó de creer al chico. Se plantó en la cita con actitud positiva y conquistó definitivamente a su chica. ¡Se comieron a besos y abrazos al final de la cita!
Luego llegó la gran primera prueba de amor de Jenni: le plantó un beso en todos los morros a su pretendiente. El resto de chicos no podían ni mirar, Miguel se fue del plató consiguiendo que la tronista saliese detrás de él para solucionar lo que parece el final entre la relación de ambos.