A Cristina no le gustó nada saber que cuando ella se había ido a comprar el pan, Iván se había besado con su hermana María en la cocina y la cena comenzó con mal pie. Cristina sintió que Iván y su hermana la estaban dejando de lado y aunque ellos intentaron que no se sintiera así, no lo consiguieron hasta que María se fue a la cocina. Cristina aprovechó la ocasión para cambiarse de silla, acercarse a Iván y hablar con él de planes de futuro. Iván no quería que ninguna de las hermanas se sintiera mal e intentó frenar la situación quedando con ellas para otro día y poder estar a solas con cada una de ellas.