Miguel y Lucía tuvieron una cita sin testigos muy diferente a las demás. Tronista y pretendienta disfrutaron de cuarenta y cinco minutos a solas, pero no en una habitación, lo hicieron en el salón para evitar que se pensaran cosas que no eran.
Después del encuentro, ambos se mostraron de lo más cómplices y aseguraron que ese tiempo sin cámaras les había venido muy bien para hablar de cosas más íntimas. Además, Miguel explicó que ella era su favorita.