Maider, medallista olímpica, relata su mala experiencia en el centro de alto rendimiento: "Llegué a odiar la lucha”
Maider empezó con 9 años a practicar la lucha libre como deporte en la escuela
Ha ganado 13 campeonatos de España, siendo la luchadora con más títulos de España en su palmarés
Maider consiguió la medalla de oro en lucha libre en las Olimpiadas de Londres
Rendirse nunca ha sido una opción para ella, ni ahora ni cuando era deportista de élite y, logró la gloria para España. Carme Chaparro ha podido conocer y charlar con Maider Unda. Es una mujer que creció entre ovejas mientras soñaba con subirse al pódium, y lo hizo en las Olimpiadas de Londres de 2012 consiguiendo la medalla de bronce en lucha libre para España.
¿Cómo decidió dedicarse a la lucha libre? “Para mí, la lucha fue un deporte extraescolar, era la única manera de hacer deporte”, ha contado a Carme Chaparro en ‘Mujeres al poder’, no había ningún deporte para chicas, ni ballet, ni gimnasia. Se dio cuenta que quería dedicarse a la lucha cuando empezó a ganar títulos (13 campeonatos de España), y decidió profesionalizarse. En 2001 comienza a competir internacionalmente y sobre todo porque la lucha libre se convirtió en ese año deporte olímpico, “ahí decido que tengo que dar un salto importante”, ha contado Maider.
Su mayor sacrifico por el deporte
Un día decidió apostar por este deporte y se fue a Madrid al centro de alto rendimiento “para conseguir clasificarme para Atenas”, ha explicado la medallista, y no lo consiguió. “Fue una experiencia difícil”, ha relatado, sobre todo porque dejó su casa, su familia, su pueblo…“y me encontré con algo que no me gustaba”. "Somos personas no un número más”, ha contado, “el alto rendimiento tiene que ser algo más enfocado a cada persona”, y ha añadido, “éramos un montón y todos teníamos la misma dinámica”.
“En el centro de alto rendimiento cuando entrenas eres un número más y no estás trabajando para tus cualidades”, ha asegurado, y es algo que llevó muy mal. El tipo de entrenamiento no le gustó. Fue tan mala su experiencia que “hubo un momento que no disfrutaba y llegué a odiar la lucha”, ha asegurado.
Pero después tuvo la gran suerte de volver a casa y encontrar a Luis, una de las personas que más le ha ayudado en su vida deportiva, y volvió a apasionarse por la lucha, “siempre hay una luz hay que saber buscarla”.