Inma Bermúdez no solo ha querido contar cómo ha llegado a ser una de las primeras diseñadoras industriales españolas en trabajar para Ikea, también ha relatado un episodio muy duro que vivió a los 25 años.
Su padre abandonó a su madre cuando estaba embarazada de cinco meses de Inma. Nunca quiso saber nada ella, algo que la ha marcado profundamente, “no me ha querido”, ha contado a Carme Chaparro. “Tienes problemas de autoestima, imagínate si tu padre no te quiere”, ha asegurado, y no sabía que muchas de las inseguridades que ha tenido es debido a una carencia de una figura paterna.
Siempre tuvo la curiosidad de conocerlo, y por eso, fue a buscarlo, “llamé a la puerta de su casa cuando tenía 25 años”, ha relatado. Cuando llegó a la casa, ella no sabía cuál era su piso y llamó a todos hasta que le abrieron, miró los buzones y supo cuál era su puerta.
“El momento del ascensor fue el momento más jodido”, ha asegurado, porque sabía que iba a conocer a su padre, “abrió la puerta, le dije que era su hija, y me dijo que qué quería, le dije que había ido a conocerle, y me dijo que ya me había conocido y me cerró la puerta”. “Este hombre no tenía muchos huevos”, ha añadido al ver la reacción de su padre.
Para ella fue una recompensa el hecho de que su padre vio su cara y nunca la iba a olvidar, “ahora me vas a tener en tu cabeza como yo te he tenido tanto tiempo aunque me hayas querido borrar”.
Después falleció, “y ahí lloré mucho”, ha confesado entre lágrimas. Ella siempre tuvo la ilusión de que si él se hacía mayor iba a relativizar las cosas de otra manera.