Pagar por afecto: un servicio que triunfa en Japón, pero que no convence a Mónica
“Parecía que estaba tratando con un perro”, resume la artista
Algunas mujeres japonesas acuden a locales especializados en busca de compañía y afecto. Mónica Naranjo quiso probar la experiencia y el encargado de guiarla fue Rui, que describe así lo que hace: “Este es un sitio para satisfacer a la mujer, darle cariño y decirle cosas bonitas y, a veces, algo subidito de tono”.
Aunque Rui sea el mejor en lo suyo, sus artes no acaban de convencer a Mónica: “No sabía abrazarte, no sabía enamorarte. Era todo muy tosco, muy brusco. Parecía que estaba tratando con un perro”. ¿Cuánto puede llegar a cobrar por este trabajo” Rui no tiene problema en explicarlo: “En julio fui el mejor acompañante de todo el grupo. Gané 80.000 euros”.
Al terminar, la artista valoró esta experiencia: “Pagar por afecto me parece lamentable. Qué afecto, qué chorrada”.