El primer paso que dieron fue acudir al puerto donde supuestamente había atracado el barco del cantante. Allí estuvieron y no vieron nada. Ni un solo rastro del barco que le habían informado, nada que les hiciera sospechar que por algún lugar cercano pudiese estar el cantante del momento.
Pero lejos de rendirse cogieron dos motos de agua y fueron a por él. Una búsqueda donde nos dejaron momentos muy divertidos buscando y revisando veleros y yates desde la distancia, de cala en cala. Pero nada. Hasta la moto se les volcó en el agua. Un verdadero espectáculo que no sirvió porque, en esta ocasión, no encontraron al cantante.
El siguiente paso fue hacer guardia en la puerta de la villa de Luis Fonsi. Allí aparcaron su coche, prepararon las neveras y esperaron a que alguien diese alguna pista o diese la alerta de la existencia del cantante. Después de varias horas de guardia saltan las alarmas con la salida de un coche por la puerta principal... ¡y empieza la tensión!
El equipo de ‘Misión imposible’ arrancan su vehículo y van a toda velocidad en búsqueda del cantante. Sin embargo, persiguiendo el coche calle tras calle, sigilosos y sin ser pillados. Pero, tras varios trucos de paparazzi experto, se acercaron a la ventanilla del carro para ver si el objetivo de las fotos estaba dentro, pero no. Otra vez más, otro fallo que echaba por tierra la eterna espera previa en el sol.
Sergio Garrido acude a su gran amiga Bea para conseguir una lancha, con toldo incluido, para ir a encontrar definitivamente a Luis Fonsi. No hay vuelta atrás, han apostado muy fuerte por este tema y quieren las fotos del cantante en alta mar. Sin embargo, la sorpresa salta cuando se enteran de que el de Puerto Rico estaba junto a Gianluca Vacchi en su gran barco. ¡Y los encuentran! Allí fotografían a todos, saltando al agua, sonriendo, besándose con sus chicas e, incluso, sacando musculito de cara a la cámara. Nuestro paparazzi no ha querido irse sin despedirse de ellos: “Luis, España e Ibiza te quieren. ¡Ven más!”. Un auténtico fenómeno nuestro protagonista.