Sergio Garrido y su equipo comenzaron el verano con una misión complicada pero que les podría aportar un buen sueldo: fotografiar a Cristiano Ronaldo y a su familia en Ibiza. Aunque el paparazzi no tardaba en fotografiarlos, una foto así no tenía el valor que ellos buscaban. La misión era mucho más complicada, ya que verles en la playa con ropa de baño multiplicaría su valor. Después de varios intentos, Garrido y sus ayudantes conseguían su objetivo y se embolsaban 30.00 euros.