'SIDI', el nuevo relato de frontera de Arturo Pérez-Reverte
La nueva obra de Arturo Pérez-Reverte en la que la aventura, la historia y la leyenda se funden de un modo fascinante.
El escritor que dedicó nada menos que 21 años de su vida al reportaje de guerra, y que actualmente cuenta con más de 20 millones de lectores en todo el mundo, lanza ahora 'SIDI.
Tras el éxito que experimentó con su serie 'Falcó', Arturo Pérez-Reverte se traslada en su nueva novela, 'SIDI', hasta el siglo XI, alejándose así de la historia contemporánea. Este título narra una historia que aúna exilio y frontera, en la que el protagonista lucha por sobrevivir en un territorio hostil, indeciso y de fuerzas encontradas. Es el nacimiento del mito, en el que el autor plasma su propio Cid.
'SIDI' habla de un guerrero que, viéndose forzado al destierro, emprende una aventura para buscarse la vida con una hueste que le respeta y le sigue. Aspectos como su carácter y sus hechos de armas harán de él una auténtica leyenda viva. Pérez-Reverte consigue con esta novela sumergir al lector en la Historia, uno de los temas principales de su universo literario, como ya ocurrió en títulos como 'Hombres buenos' o 'El Club Dumas'.
Argumento de 'SIDI':
"El arte del mando era tratar con la naturaleza humana, y él había dedicado su vida a aprenderlo. Colgó la espada del arzón, palmeó el cuello cálido del animal y echó un vistazo alrededor: sonidos metálicos, resollar de monturas, conversaciones en voz baja.
Aquellos hombres olían a estiércol de caballo, cuero, aceite de armas, sudor y humo de leña. Rudos en las formas, extraordinariamente complejos en instintos e intuiciones, eran guerreros y nunca habían pretendido ser otra cosa. Resignados ante el azar, fatalistas sobre la vida y la muerte, obedecían de modo natural sin que la imaginación les jugara malas pasadas.
Rostros curtidos de viento, frío y sol, arrugas en torno a los ojos incluso entre los más jóvenes, manos encallecidas de empuñar armas y pelear. Jinetes que se persignaban antes de entrar en combate y vendían su vida o muerte por ganarse el pan. Profesionales de la frontera, sabían luchar con crueldad y morir con sencillez. No eran malos hombres, concluyó. Ni tampoco ajenos a la compasión. Sólo gente dura en un mundo duro."