Después de sobrecogernos con un certero disparo en el capítulo anterior, descubrimos que la víctima no era el agente Morgan, sino su mujer embarazada. Tras llevarla de urgencias al hospital, y en plena excitación e histeria por lo sucedido, Hotch decide apartar del caso para que sus sentimientos no intercedan. Pero Morgan no se lo toma demasiado bien.