Mientras la prensa está alertando a todo el Estado con su teoría de que el asesinato fue un ritual de una secta satánica, los agentes descubren que las mutilaciones se deben a los mordiscos de los animales de la zona. Además, las víctimas desaparecieron hace tres días y el forense asegura que llevan muertas 24 horas y que no tiene síntomas de agresiones sexuales ni tortura.