Al llegar al escenario del crimen, Morgan, Reid y la doctora Lewis llegan a una conclusión. El asesino es una asesina. En esta ocasión, utilizó un pintalabios para escribir la palabra ‘zorra’ en la frente de la víctima. Según Lewis, ‘zorra’ es una palabra más utilizada entre mujeres. Además, el hecho de que ninguna víctima tuviera signos de acoso sexual es un punto más para pensar que el asesinato no lo cometiera un hombre.