‘Mentes Criminales’ o por qué dan miedo las marionetas
cuatro.com
21/01/201323:16 h.Se abre el telón y aparece una marioneta humana. Una bailarina, con rostro de tosca muñeca de papel maché baila, salta y se contorsiona sin voluntad al son de una versión del ‘Where is my mind’ de los Pixies que parece salida de una caja de música. Es un espectáculo horrible y tétrico, pero a la vez siniestramente hermoso.
Brad Dourif, carismático secundario de Hollywood al que muchos recordamos por su papel de Grima Lengua de Serpiente en la saga de ‘El señor de los anillos’, da vida a uno de los villanos más chalados que recordamos en esta serie tan bien surtida de mentes raritas. Adam Rain era tan solo un niño cuando su padre, un famoso titiritero de los años 60, y él fueron atracados. Tras este incidente cayó en un profundo coma del que no salió hasta 50 años más tarde con la cabeza completamente trastornada.
La mayor parte de este episodio es una pesadilla gótica que pondría los pelos de punta al mismísimo Tim Burton. En su afán por revertir lo que ocurrió entonces, Adam prepara una granguiñolesca representación de marionetas vivas. Un delirio infantil poblado de inquietantes muñecos de principios del siglo pasado, enanos de circo y escenas grotescas y macabras.
Su personaje nos sumerge en el terror de tal manera que casi podemos sentir en propia piel el increíble dolor que experimentan estos títeres de carne y hueso al ser zarandeados sin piedad tras ser cruelmente mutilados. Más de un alma sensible tendrá que mirar para otro lado mientras el torturador disloca los miembros a sus víctimas en un potro medieval, para después crucificarlas en el armazón con el que las controla. Todo ello de forma metódica y sin atisbo de sadismo, tomándose su tiempo.
La novia de Spec
El contrapunto de Adam Rain es Spencer Reid. A su manera también el es un niño grande y comprende mejor que nadie a su némesis. Es él quien, casi por ciencia infusa, adivina las claves para descubrir el misterio. Por no hablar de la estrambótica tienda y su peculiar dependiente, que vende una ropa muy acorde con el look del cerebrito del grupo (gracias por el soplo, Jennifer).
Pero dejemos de marear la perdiz y vayamos al quid de la cuestión. ¡Spencer tiene novia! O lo más parecido a una novia que pude tener el buen doctor. Se trata de una chica con la que trabó una amistad especial mientras la ayudaba frente a un acosador, pero jamás se han visto cara a cara. Finalmente, ella le pide una cita y Reid acude al encuentro, a pesar de que esto le aterroriza bastante más que los casos con los que lidia cada semana. Sus compañeros de unidad no se lo pueden creer pero le dan todo su ánimo.
Lamentablemente, el tierno friki-romance se trunca antes de empezar cuando el muchacho espanta a su ligue creyendo que uno de los comensales les está espiando. Por un momento compartimos su paranoia y pensamos en el misterioso coleccionista que, desde el inicio de la temporada, les sigue, pero nada más lejos de la realidad. Hubieran sido demasiadas emociones fuertes para un solo capítulo.
Las frases del episodio:
"El amor no mira con los ojos sino con la mente". (William Shakespeare)
"El amor es nuestro verdadero destino. No encontramos el sentido de la vida por nosotros solos, lo encontramos con otra persona" (Thomas Merton)