Todo hacía presagiar que el plan propuesto por los Castaño no iba a tener mucho éxito entre los Blancafort. Cuando Jordi y sus hijas se han encontrado en la plaza de toros madrileña de Las Ventas con Juan Carlos, amigo de los Castaño, la tensión se palpaba: "Si pasamos a esa plaza estaremos dando negocio a un acto que nosotros consideramos violento". Pese a la reacción inicial, Laia, la pequeña de la familia, ha sentido curiosidad y ha accedido a ver una corrida. No ha sido una buena idea: "¿Cómo puedes celebrar que alguien mate? Me ha parecido un acto horrible de crueldad", explicaba Laia entre lágrimas.