Los Castaño llegaban a Barcelona y lo primero que encontraban en su nueva casa era la agenda de la semana que los Blancafort habían preparado para ellos... ¡escrita en catalán! Aunque todos han intentado traducir sus tareas, lo cierto es que han pasado algún que otro apuro para entender las instrucciones. Sin embargo, algo que sí han entendido (y que no ha hecho demasiada gracia al cabeza de familia) es lo que tenían planeado para el miércoles: "Yo no voy a la concentración por la libertad, me huele a lacito amarillo, mal rollo".