Jorge Garbajosa Chaparro, directivo y exjugador de baloncesto español, ha desvelado una obsesión que tenía cuando era jugador de baloncesto. Y es que mantenía rutinas de forma constante y antes de cada partido. Pero había una que sobresalía por encima del resto. "Durante catorce años hice lo mismo", confesaba. Tenía que ver con las líneas del pabellón.
"El borde del pie tenía que tocar la línea de la baldosa y el otro la otra línea. Estaba una hora leyendo, así sin mover los pies", describe. Pero ha señalado que entonces jugó en Fuenlabrada y para su horror, "el vestuario no tenía baldosas". Eso provocó en él una crisis, puesto que según él eso era algo que hacía muy a menudo y le "afectaba".
Una confesión que nos hace ver lo maniáticos que pueden ser algunos jugadores de baloncesto y lo importante que es para ellos algunas manías y rutinas que tienen antes de cada partido. Tanto que a veces psicológicamente puede afectarles al rendimiento deportivo.