Rafa Barrera, quién fuera canterano del Sevilla FC durante siete años, ahora tiene una peluquería y es uno de los nuevos fichajes del Maribáñez FC y él mismo cree saber por qué no ha llegado a triunfar en el fútbol.
"Con 18 años empecé a salir mucho y me perdí un poco, creo que el fútbol me ha tratado como me merezco, si hubiera tenido la cabeza en mi sitio me hubiera tratado de otra forma, por algo no estoy ahí, lo que más me duele es que podría haber vivido del fútbol, me va a perseguir siempre", explica Rafa antes de poner rumbo al Sánchez-Pizjuán con Cristóbal Soria.
"Tengo los pelos de punta, llegué con diez años aquí hasta juveniles. Era un poco cafre, muy impulsivo, no echaba cuentas de nada. Sabía que tenía muchas cualidades, pero me fallaban muchas cosas", explica el jugador del Maribáñez cuando entra al estadio y Cristóbal Soria se interesa si no hubo nadie que le parara los pies en aquel momento, algo que él explica: "Me ayudaban, pero yo no me dejaba. Ni escuchaba a mi padre ni a nadie. No se puede echar para atrás el tiempo ni podemos hacer nada".
Cristóbal Soria, ante su manera de contar su historia, se da cuenta que esto "le sigue pegando pellizcos en la barriga", algo que él cree que le va a seguir pasando toda la vida: "Entro aquí y creo que he tirado mi vida por la borda, es una lástima, un arrepentimiento muy grande". Y por ello, el mítico delegado de campo le hace un regalo de lo más especial, una camiseta del Sevilla FC con su nombre: "Esta podía haber sido tuya, con el 10, imáginate haber puesto este campo boca abajo". "Me lo imagino y... Era mi sueño", le dice el jugador muy emocionado.
"Acuerdate de lo que pudo ser y de lo que realmente ha sido, pero al final te puedes quedar con un buen sabor de boca y espero que eso te lo deje el Maribáñez, espero que eso lo podamos conseguir, si es así yo estaré feliz y contento", entona Cristóbal Soria tras este emotivo momento entre ellos.