Ya está decidido y no hay vuelta atrás. Las Salazar quieren ser las mayores empresarias del país marchándose a Bali para mostrar sus telas y túnicas. La idea se la ha dado por sorpresa el tío John, pues nada más llegar de Estados Unidos ha acudido a la casa de Raquel para contarle su experiencia por Asia.
La madre no quería que se quedara a dormir, por lo que junto a Noemí jugaron sus cartas para hacerle la estancia lo peor posible: apagaron el aire acondicionado, le dijeron que le habían cortado el agua en la casa y, lo peor de todo, el perrito empezó a morder al pobre americano. El tío, que no se enfadó, fue con una misión, contarle cómo había vivido una boda en Bali y que Las Salazar eran las personas perfectas para vestir a las novias de allí.
Los ojos de Raquel lo decían todo, estaba más que convencia. En cambio, Noemí no pensaba salir de España otra vez, tenía suficiente con la excursión a Marruecos de hace poco. Pero aquí, que una madre sabe demasiado, la veteranía ganó el pulso a base de 'brilli brilli' y caprichitos para la hija de Los Salazar.
Noemí, que no estaba del todo convencida, puso una única condición para montarse otra vez en el avión: convencer a los maridos. A partir de aquí tramaron una jugada maestra, Noemí convenció a su padre con la excusa de que si no se iban de 'vacaciones' la 'mama' haría obra en casa cambiando todos los suelos. Evidentemente, el padre accedió sin pensarlo. Raquel tuvo más difícil convencer al marido de su hija... aunque accedió a que ella y su hija viajen, pero él se quedaba en Madrid porque tenía que trabajar.
Una vez convencidos los maridos tocó hacer las maletas. Noemí no se fiaba de la comida balinesa, así que ha llenado su equipaje con latas de todo tipo de alimentos. Raquel, echándose las manos a la cabeza, no puede creer que su hija siga con estas historias y le ha enseñado lo que supone el gran movimiento para su negocio, unas tarjetas que van a triunfar allá por donde vayan: ‘From Vallecas to the world’.