La conciencia de la Rebe no estaba del todo tranquila después de no contarles a sus padres sus intenciones con Jose. Y también porque no se presentó en su boda, al no verla comenzaron a buscarla muy preocupados (ya que pensaron que se había fugado otra vez), lo que ellos no sabían era que se había reconciliado con Jose y encima había decidido mudarse a Tenerife.
Así que la Rebe decide mandarles un vídeo explicándoles lo que realmente había sucedido. “Lo único que me quita las tristezas es la comida”, le cuenta Dani a su mujer, pero Marisol le pide que no sea tan melodramático, que se le olvide la pena, “vamos a envejecer con tanta pena”, le dice, “no me lo digas te calles pa’ ti”. La Rebe se ha ido a vivir a Tenerife pero tampoco es el fin del mundo.
“Yo sé que lo he hecho mal”, les explica, siente mucho que no haya podido estar en el cumpleaños de la Susi ni en el aniversario de sus padres, “pero las cosas vienen así”. Y ha dejado a su familia, “paras ser feliz”, ha añadido. Marisol entiende que es la ley de los gitanos, las mujeres se tienen que ir a vivir a casa de sus suegros. Ahora lo único que espera Dani es que ni Susi ni Graciela le hagan lo mismo, y se lo advierte, por si acaso.
Mientras las Rebe está feliz en Tenerife con Jose y su hijo, además en la casa en la que van a vivir ya no parece de Pin y pon: es espaciosa, luminosa y con varias habitaciones. Los Jiménez lo han arreglado con su hija, pero siguen un poco tristes porque la echan mucho de menos.
Un día en el mercadillo reciben otra noticia. Su hija Susi está enamorada y les cuenta quien es el chico. “Me he quedado tonta, sin sangre, otra que se me va de casa”, esto es lo primero que ha pensado Marisol tras escuchar a su hija.
Y en Tenerife estaba a punto de suceder algo muy romántico y mágico. Por fin, Jose se había decidido a dar el paso y pedirle a la Rebe que se case con él. Lo único que le ha costado mucho decírselo y con tanto secretismo, incluso ha legado a pensar que era algo malo, porque ha visto a Jose muy nervioso. Todo lo contrario, era algo bonito.
Lo único que no le ha salido del todo bien, antes de empezar se le ha caído la caja con el anillo al suelo. Quitando esta mala pata, todo ha ido de maravillas. Se ha puesto de rodillas y le ha soltado: “¿Te quieres casar conmigo?”. Pero la Rebe se ha puesto también atacada y no le contestaba, “está saliendo como de película”, le ha dicho. “Mi sueño siempre ha sido ponerme de blanco y los sueños se cumplen”, ha asegurado muy ilusionada, además Jose es el hombre de su vida.