Después de la alarmante llamada que recibieron los Fernández Navarro, Dani y Loli llegan a Barcelona en busca del patriarca de la familia y no dan crédito a lo que encuentran: la fiesta y el deporte forman parte de su día a día, se siente pletórico, joven, como nuevo. ‘¿Qué le ha pasado?’, se preguntará el clan al completo. Por otra parte, decidido a perder sus miedos, Mariano se someterá a una terapia basada en realidad virtual. Sí, en realidad virtual.

Tras la emocionante jornada de modelaje de Noemí en Marruecos, las Salazarrecibirán la visita del auténtico y genuino tío John, que les propondrá nada menos que asistir a una boda en Bali, una oportunidad única para buscar los tejidos más exclusivos para su brilli-negocio. Para poder ir tendrán que trazar un plan con el que convencer a sus maridos.

Es lo que tiene la noche marbellí, que ofrece tantas posibilidades que si te descuidas te levantas por la mañana con cierto malestar físico. Justo lo que les ocurrirá a los Maya. Superado el trance, los hijos se enfrentarán a un nuevo reto: Salvadora quiere ir a toda costa a una entrega de premios en la que están Belén Rueda e Imanol Arias, su actor favorito, y no queda otra que retrasar la vuelta a Granada, cuando ya tienen todo montado para las bodas de oro.

Y es que Dani se presenta con un cochazo y, para estrenarlo, nada mejor que viajar toda la familia a Sevilla para apoyar a la joven en su papel como jurado en Miss y Mister Belleza Gitana. Grasa de croquetas amenazando la flamante tapicería, evidente exceso de equipaje y un olvido catastrófico pondrán en riesgo el viaje.