La semana pasada, el programa terminó con una repentina y preocupante llamada de teléfono de Dani a su hija Rebe en la que le comunicaba que su hijo estaba en el hospital debido a una alta fiebre. La joven, no se lo pensó ni un segundo y fue hasta la estación de autobuses.
Muy preocupada, Rebe acude al hospital a su llegada a Plasencia, y corre hasta la habitación donde ha sido atendido el pequeño. Ella quiere saber el origen de su fiebre y se enfada al descubrir que la familia le ha estado dando al niño polos y granizadas en ausencia de su madre.
Rebe se queda tranquila al ver que su hijo tiene buen aspecto y pide a su familia quedarse a solas con el niño para disfrutar de su presencia: “Estar con él, escuchar su respiración es lo que a mí me devuelve la vida. Si no estoy con él, me muero. No voy a separarme más de ti”.