Fue Raquelita, la hermana de Noemí, la que dio la voz de alarma. “¿Tú te has mirado? Lo mismo estás embarazada”, fue la reflexión en voz alta después de que Noemí hablara de sus síntomas. ¿Y qué hizo la Salazar? Pues sacar de la cama a su madre Raquel y dar respuesta a esa incertidumbre.
Madre e hija se dirigieron a una farmacia de guardia, en busca de un test de embarazo que les secara de dudas, regresaron a casa e hicieron la prueba. Y hasta aquí supimos la semana pasada. Ahora, siete días después, tenemos el resultado del test de Noemí, ¿estará esperando un bebé?
Las dudas se disipan cuando, tras esperar el tiempo estimado, sobre el test aparecen dos rayitas: “Mamá, estoy embarazada”, le dice Noemí a Raquel. Pero su madre sigue dudando, alegando que los colores de las rayas no son de la misma tonalidad. Pero no, no hay lugar a dudas. Noemí y el Antón van a ser padres de nuevo.
Noemí se ha sincerado tras conocer este resultado y nos ha confesado que, “por un lado es bueno, pero por otro tampoco es malo, no lo sé. No me lo esperaba”. Por su parte, Raquel se muestra también contenta y reconoce que esta noticia le ha pillado por sorpresa.
Y, cómo no, hemos vivido un momento ‘made in Salazar’. Noemí le ha pedido que no diga nada a las vecinas y, sobre todo, al Antón, que está durmiendo y se levanta temprano para ir a trabajar. “Hija, estás como las pijas, que hasta los tres meses no lo confirmas”.
Pero Raquel sigue erre que erre. No ve a su hija con cara ni aspecto de embarazada y se hace con unos productos especializados para escuchar los sonidos del corazón del bebé. Al principio, Raquel solo intuía gases y acumulación de orina… pero al parecer el latido se ha escuchado perfectamente cuando iban a dar por terminada la investigación.