La situación en casa de Mariano era insostenible. La llegada del Fali (y, posteriormente la de su mujer) supuso un huracán que acabó con la marcha de Samara de la casa. La hija de Mariano y Mora dijo que no volvería hasta que Fali y Mari se marcharan y ella recuperara su habitación. Esto fue la gota que colmó el vaso.
Ahora, el matrimonio debe hacer frente al problema y decirle a Fali cuál es la situación y, si hace falta, romper su relación profesional. Mariano le dice así que se acabó eso de ser su manager, algo que Fali no se toma nada bien.“He dejado todo por ti, mi casa, mi trabajo, mis hijas…” le dice en un ataque lleno de reproches.
Pero esto no ha sido lo peor, pues Fali amenaza con quedarse en su casa aun siendo despedido: “Hasta que yo no tenga dinero, no me voy a ir”. Tras el rifirrafe han llegado a un acuerdo y Fali y Mari se quedarán en casa… pero en otra habitación.