Nadie dijo que fuera fácil. Madre e hija han llegado a San Francisco y van causando revuelo allá por donde pasan. Que si se apañan regular con el inglés, que si no se fían del taxista, que si hay muchas cuestas o que si me despisto y se me cae la maleta calle abajo, son solo algunas de las peripecias de las Salazar nada más pisar suelo americano.