La repercusión del bautizo de mini-Noemí fue tal que Raquel y Noemí reciben un encargo muy especial: diseñar y crear los vestidos que se lucirán durante el desfile del Orgullo Gay de Madrid. Madre e hijas, aunque algo impactadas, están encantadas con su nuevo proyecto empresarial, pero no saben cómo se lo tomarán sus maridos. Para tratar de obtener su visto bueno, ambas les preparan una comida espacial con las que llevárseles a su terreno.