Marco está a punto de hacer una operación muy peligrosa en el cuarto capítulo de 'Los relojes del diablo', tiene que llevar la embarcación de Aurelio, recoger la droga en el mar y traerla.
Sabe que su vida corre peligro, por eso decide contarle a su hermano y a sus trabajadores algo muy importante: “Lo que estoy a punto de deciros os puedo poner en peligro, así que si alguno prefiere marcharse”, les dice.
Ninguno se mueve del sitio. Quieren saber la verdad. “Transporto droga”, les confiesa, “me la dan los españoles”. En dos días tiene que cargar la embarcación con cuatro toneladas de droga y después entregarlo a la policía, junto a los narcotraficantes, “soy un infiltrado”. Por fin lo saben, pero nadie más lo puede saber, y menos su padre.
Su hermano Jacobo no entiende muy bien por qué no se lo ha dicho antes, cómo se ha podido meter en eso, mueve montañas de cocaína… Y le desean buena suerte.
Alessia es la otra persona que también lo sabe todo, y es la que ha estado a su lado. En unos días todo el mundo sabrá la verdad, y Marco será libre por fin.