Tras ser detenido en las costas francesas junto a Pablo, Marco Merani es condenado por el Tribunal francés a 11 meses de cárcel en la región de Var. El mecánico grita que es inocente y pide un abogado, pero la condena es firme.
Marco está completamente desesperado, nadie sabe que está ahí, en su primera declaración ante la policía dio el número de teléfono de su contacto en Italia, pero pasaron de él. Ahora con esta condena, Marco ha salido en todos los periódicos, de esta manera los agentes de SCO sabrán que está ahí y le podrán sacar.
Mario llega a la cárcel junto a una nueva compañera, solo tiene que declarar que es uno de sus informantes y le podrán sacar de allí. Legalmente no hay otra solución, tiene que decir que es un chivato. Pero Marco sabe que si firma eso, será su sentencia de muerte: Aurelio sabrá que es un infiltrado e irá a por él. Mario le explica que entraría con su familia en un programa de protección de testigos.
Esa solución no convence al mecánico, él no tiene nada de que arrepentirse, no ha hecho nada malo. Así que decide volver dentro, no va a firmar: acepta resignado la condena. Solo tiene que estar allí 11 meses.