Obligado por Aurelio, Marco parte rumbo a Sudamérica donde se encuentra con la familia del jefe y sus compañeros traficantes.
El mecánico quiere dejarlo todo atrás, pero Mario lo convence para aceptar un último trabajo: preparar un barco para una entrega especial.
Las mil mentiras y los muchos desplazamientos que se ve obligado a hacer generan una creciente tensión entre él, su mujer, su padre y su familia.