Erika es una chica que no se siente atraída por las personas sino por los objetos, se casó con la Torre Eiffel y ahora Samanta la lleva a Barcelona para ver la grúa de la que se enamoró. Además, Erika llega al encuentro con la reportera con su nueva pareja, un monopatín. “Tengo relaciones emocionales, espirituales y románticas con objetos, no con gente”, explica.