Durante un botellón cerca de un río, Miguel, un joven de Badajoz, encontró estramonio, una planta peligrosa y silvestre que decidió probar. Su intención como él mismo ha explicado solamente era saber cómo le iba a sentar.
Pero esta experiencia casi le cuesta la vida. Miguel comenzó a sentir alucinaciones: “estaba como comiendo cosas del suelo, cosas imaginarias…y empecé hacer incoherencias, como andar de lado…”, hasta llegar al coma.
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Anteriormente, dos jóvenes en una fiesta ilegal también probaron estramonio pero no tuvieron tanta suerte como Miguel, murieron al ingerirla.
En esta ocasión, Miguel sí que ha podido contar su caso y ha reconocido que en ningún momento fue consciente de los efectos de la planta. Sin embargo estuvo en estado muy grave: "durante un momento estuve muerto".