Jesús Cintora (J.C.): “Hola Teresa, gracias por atendernos, ¿cómo te encuentras?”
Teresa Romero (T.R.): Me encuentro mejor, bastante mejor
J.C.: “¿Has evolucionado de forma favorable?”
T.R.: "Sí, quiero aprovechar que me llamáis para decir y dar las gracias por todo lo que la gente, mis compañeros, están haciendo por mí, a la gente del Carlos III y también a la gente que me trató en el hospital de Alcorcón”.
J.C.: “Teresa, te querría preguntar por las cosas que se están diciendo ¿Por qué cuando te encuentras mal por qué deciden que puedes seguir sin ser ingresada? ¿Crees que las cosas se deberían haber hecho de otra forma?"
T.R.: “Creo que sí, yo llamé a preventiva y bueno, sí, me tomaron nota y tal pero poco más. Fue así, ya como me encontré peor llamé al 061 y vinieron a casa buscarme en una ambulancia, ya estaba fatal”.
J.C.: "Teresa el día 26 es cuando fallece el misionero ¿Cuándo empiezas a encontrarte mal?
T.R.: "El martes por la tarde empecé".
J.C.: "¿Al día siguiente?
T.R.: “No, el padre se murió el jueves y yo me examiné incluso el día 27”.
J.C.: “Te encontrabas con algo de fiebre ¿Vas a un centro de salud de Alcorcón y deciden que no seas ingreada?”
T.R.: “Es cierto pero yo tampoco le dije a mi doctora que yo había tenido contacto con el ébola, mi doctora no tendrá la culpa porque no le dije que había estado en contacto con el ébola”
J.C.: “¿En algún momento quisiste hacerte la prueba del ébola y no te la hacían?”
T.R.: “No, tampoco pensé que fuera ébola hasta el último momento, nunca lo piensas”.
J.C.: “¿Estás mejor de ánimo?”
T.R.: “Sí, hoy estoy mejor, voy despacio pero voy mejor”.
J.C.: “Sabes que hay compañeros tuyos, enfermeros que están diciendo que no se había proporcionado la preparación adecuada a los profesionales ¿Estás de acuerdo?”
T.R.: “A nosotros nos enseñaron a ponernos el traje y sobre todo y más importante, quitárnoslo”.
J.C.: “¿De cuánto tiempo fue esa preparación?”
T.R.: “Recuerdo que fue poco tiempo, poco tiempo”.
J.C.: “¿15, 20 minutos?”
T.R.: “Yo tampoco quiero precisar tanto”.
J.C.: “Hay gente que ahora mismo está inquieta, a quien nos esté viendo que tenga una autoridad sanitaria ¿qué le dirías para tratar de mejorar? ¿Qué lección podemos sacar?”
T.R.: “A mis compañeros muy agradecida, en las autoridades sanitarias no pienso”.
J.C.: “¿Te hicieron algún tipo de control desde que ven que tienes algo de fiebre hasta que te hacen la prueba?”
T.R.: “No. El único control que hacen es cuando ya no está el paciente te llaman a tu casa y te dicen si tienes fiebre y otra serie de síntomas, que les avises, ese es el seguimiento”.
J.C.: “¿Es cierto que te trasladan en una ambulancia de las normales?”.
T.R.: “Sí”.
J.C.: “¿Los enfermeros cómo van vestidos?”
T.R.: “Los dos médicos o enfermeros que me visitaron el domingo por la noche iban vestidos de normal”.
J.C.: "Cuando te trasladan a Alcorcón".
T.R.: “Sí”.
J.C.:“Te hacen dos pruebas para detectar que tienes ébola, ¿Puede ser a las seis de la tarde cuando sabes que la prueba ha dado positiva?”
T.R.: “Sí, pero a mí nadie me lo ha dicho, yo me he enterado por el móvil.T.R.: Intuía algo porque al principio los enfermeros y médicos de Alcorcón entraban cada hora y luego ya dejaron de entrar mucho rato y luego yo escuchaba detrás de la puerta y ya sospeché, la última vez entraron con buzo blanco, pregunté al médico por mi resultado y no me lo quiso decir muy claro, ahí ya sospeché. Cogí el móvil y vi que en ‘El País’ lo ponía que había dado dos positivos en ébola, pero a mí no me lo dijo nadie, nadie te dice ‘Teresa, que tienes Ébola”.
J.C.:“¿Te enteraste mirando las noticias?”
T.R.: “Eso es”.
J.C.:“¿En torno a qué hora?”.
T.R.:“No lo sé, no estoy pendiente del reloj”.
J.C.: “¿Pasó mucho tiempo hasta que te trasladan al Hospital Carlos III?”
T.R.: “Sí, fue bastante largo”.
J.C.: “Como horas”.
T.R.: “Sí”.
J.C.: “Al final, tú ves esto por el teléfono móvil ¿Qué hiciste? ¿Preguntaste o ellos te lo dicen?
T.R.: “Pregunté y no me lo quiso decir claramente, lo vi y no quise preguntar nada más. No hace falta, si te meten en una cápsula…”
J.C.: “Hay otros compañeros en observación, ¿Con tu marido has hablado?”
T.R.: “Sí”.
J.C.: “¿Habéis comentado algo que pudo ocurrir?”
T.R.: “No”.
J.C.: “No te salen las cuentas, no ves dónde pudo estar el fallo”.
T.R.: “No, no”.
J.C.: “¿Tu marido qué tal se encuentra?”.
T.R.: “Está bien, bien”.
J.C.: “¿Quién ha hablado contigo, algún miembro del Gobierno?"
T.R.: “No. Nadie”.
J.C.: “Con tu madre ¿has llegado a hablar?"
T.R.: “He hablado con ella varias veces”.
J.C.: “¿Qué le has dicho o ella a ti?”
T.R.: “La verdad que cómo me encuentro y poco más. Se me seca mucho la boca, no puedo seguir hablando”.
J.C.: “Si se abre algún tipo de investigación, por la actuación que tuviste ¿Qué dirías?”
T.R.: “Diría lo que me quieran preguntar, no sé, es una pregunta muy general”.
J.C.: “Me cuentan que hay informaciones de que puede haber una investigación, puede haber incluso diligencias en las cuales se te preguntara por tu actuación por parte de la Fiscalía, me cuentan que la Fiscalía abre diligencias a la auxiliar, en general. Dicho lo cual, gracias. Parece que te encuentras con más fuerza ¿Te sientes así?”
T.R.: “Sí”.
J.C.: “Es la noticia más positiva, ojalá te mejores y nos veremos aquí”.