Con su gorra hacia atrás y sus zuecos rojos, Frank atraviesa los Pirineos en busca del oso pardo. Para ello acompaña a los Guardas Forestales hasta el Valle de Arán, en Lleida. Con ellos, sigue los pasos del plantígrado más grande que hay en España. Los Guardas tienen localizadas las cuevas donde los osos hibernan. Se encuentran en lugares muy escarpados y son de muy difícil acceso, pero finalmente consiguen entrar en una de ellas. Son cuevas pequeñas, donde apenas Frank y su equipo pueden moverse dentro, pero es el cobijo perfecto para una osa y sus pequeños oseznos, cuentan los guardas forestales.
En los Pirineos ya no vive ningún oso pardo ibérico, el último que habitaba esas montañas murió en 1991. Los osos pardos del Valle de Arán proceden de Europa y comenzaron a reintroducirse en 1996. La denominada “Patrulla Oso” sigue los rastros de estos maravillosos animales con cámaras instaladas en los arboles.
Para ver osos pardos ibéricos de cerca Frank visita el Parque de la Naturaleza de Cabárceno, donde viven en semilibertad. El Parque abre las puertas del recinto de los osos para que Frank y su equipo puedan caminar entre ellos. Un macho se acerca a unas crías y la hembra las defiende con fiereza. Los osos machos son capaces de matar a los oseznos que no son suyos sólo para preservar sus propios genes en la naturaleza. En Cabárceno, Frank conoce al oso Aragón, un pequeño oso que fue localizado en el maletero de un coche a punto de ser víctima del comercio ilegal.
En un pequeño riachuelo del Valle de Guadalhorce Frank encuentra una culebra viperina justo en el momento en el que se estaba comiendo una rana. Es completamente inofensiva, pero cuando se siente amenazada actúa como una víbora. Nuestro herpetólogo nos la muestra y la devuelve al agua.
En pleno viaje por el norte de la Península Frank frena el coche después de ver una finca con curiosos animales: se trata de un guanaco o una llama, de un “pony enanito”, cabras pequeñas y un perro. Frank y su equipo quieren saber quién es el propietario de esos animales que se encuentran en una situación bastante descuidada.
Mucho mejor cuidados tiene Adolfo a todas sus reptiles e insectos. Vive con decenas de ellos en el garaje de su casa y Frank Cuesta nos los muestra. Tortugas matamata, ranas hoja, cucarachas de Madagascar, escorpiones, lagartos y todo tipo de serpientes. Adolfo está encantado con sus animales, pero a su mujer no le hacen tanta gracia. Sólo hay un problema, según Frank, “yo nunca tendría una pitón molurus con niños en casa”, comenta Frank.
A Frank Cuesta en La Selva en Casa le acompaña su operador de cámara Santiago Trancho y la reportera y directora del programa, Sonia López.