Daesh siempre ha intentado aprender de los errores de Al Qaeda. Actualmente el campo de batalla ha pasado a ser el ciberespacio y la propaganda terrorista está cobrando cada vez más fuerza. Las organizaciones terroristas y el crimen organizado empiezan a tener presencia en canales que permiten la interactuación directa con sus seguidores. Los mensajes son abrumadores: información para fabricar artefactos, sobre cómo apuñalar correctamente e, incluso, enseñan a elaborar veneno.