En los informativos de Cuatro, en tertulias radiofónicas, en entrevistas en los diarios, mucho se habla últimamente de la detección de perros, sobre todo en la modalidad de alerta médica ahora que estamos bajo el azote de la COVID-19. Pero ¿sabemos qué es exactamente la detección?
Básicamente la detección es la disciplina canina que pone a prueba el olfato de los perros y en la que deben: 1- buscar, 2- encontrar y 3- señalar el foco de máxima emanación de una sustancia previamente asociada.
Los perros poseen unos receptores de olores 10.000 veces más potentes y precisos que los nuestros, lo que los hace altamente sensibles a los olores que nosotros nunca podremos percibir. Se ha demostrado que los perros pueden usar su olfato para identificar personas con cáncer con una precisión casi absoluta, lo hacen a través de las sustancias que emanan a través del riego sanguíneo de los pacientes. Pero no solo en casos de cáncer, también ayudan con la salud de sus familias a diario, por ejemplo, en personas con diabetes o epilepsia, a estos últimos, los perros les avisan de cuando se acerca un ataque y les ayudan cuando esto sucede, colocando su cuerpo de manera que evitan que el humano se lastime durante el episodio.
Tenemos perros detectores de sustancias químicas e inertes (tabaco, dinero, aceleradores de fuego, etc), y perros dentro de la rama de la biodetección (organismos vivos y restos biológicos). Dicha rama engloba a perros detectores de plagas y especies invasoras (flora y fauna), especies en peligro de extinción (flora y fauna), restos biológicos (heces, pelo, sangre), cadáveres y cebos envenenados y por último y no por ello menos importante, perros detectores de alerta médica (oncología, diabetes, etc)
Es importante recalcar que podemos practicar ejercicios de detección con cualquier tipo de perro, independientemente de su edad y raza, aunque algunos individuos tienen más capacidad que otros para desarrollar dicha actividad. Incluso podemos interactuar con nuestros cachorros a partir de las ocho semanas de edad, factor indispensable que equilibrará la vida futura del animal y que mejorará nuestra relación con ellos.
Un perro que busca, no sufre, al contrario, está realizando una de las actividades que más le gustan y para la cual ha sido preparado. Se sienten profundamente reforzados cuando encuentran el objetivo, reduciendo posibles niveles de agresividad y corrigiendo problemas de conducta.
Alfredo Garrido. Experto en Detección de IUMIUKY