Curiosidades: las cosquillas en los perros
¿Tiene mi perro cosquillas? ¿De qué tipo son y cómo reacciona mi mascota ante ellas? Descubre todo sobre las cosquillas perrunas en este artículo
Una de las muchas formas en la que demuestras tu afecto a tu mascota va desde caricias, masajes y - como si fuera un miembro de la familia más - encontrar la manera ideal de hacerle cosquillas, hecho que formula la pregunta… ¿Los perros tienen cosquillas?
La respuesta corta es sí, pero no es necesariamente como imaginarías en una persona. No creas que cuando frotes la panza, el cuello o cabeza de tu perro éste se “ríe en perro” al mover frenéticamente sus patitas.
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Tipos de cosquillas
En las personas existen dos tipos de cosquillas, la knismesis y la gargalesis. La primera se refiere a las ‘cosquillas ligeras’, que pueden generarte escozor y el denominado “piel de gallina”. La segunda son las ‘cosquillas duras’, que te inducen a reírte o soltar una carcajada que no tiene fin hasta que termines de recibir el estímulo. En un perro, así como en otros mamíferos, solo existe el primer tipo de cosquilla, la del tipo knismesis. Tanto en las razas de perros grandes como en las de perros pequeños que no crecen, es interesante que sepas cómo se comporta cada una de ellas.
Las cosquillas tienen una función biológica
Las cosquillas de tipo knismesis son reflejos naturales de los perros puesto que generan una respuesta involuntaria a un estímulo neurológico con el objetivo de proteger y mantener vivo al perro. Un ejemplo puede ser la presencia de pulgas y similares, cuando, por causa de la knismesis, el perro sentirá escozor y deseará, involuntariamente, rascarse en dicha zona. Entonces… ¿existe o no la “risa perruna”?
Varios estudios revelan que existe la posibilidad de la risa perruna, la cual se representaría como un sonido similar a la respiración y se daría tras una estimulación simple como el juego.
Áreas de cosquillas en tu perro
Las más conocidas son el abdomen, las axilas, las orejas, el cuello, la espalda (en especial, cerca de la cola) y las patas (almohadillas), las cuales serían aún más sensibles y “cosquilleables” que las personas: los pies. Aunque si quieres encontrar más áreas, te sugerimos que la busques en tu perro hasta que éste reaccione, ya sea moviendo la cola, las patas y la cabeza o “riéndose en perruno” (sonido parecido a la respiración).
Sin embargo, no a todos los perros les gusta que les hagan cosquillas, y ellos mismos te lo dirán mediante su reacción al cosquilleo, que puede ser desde colocar atrás sus orejas, hasta dejar de sonreír o intentar morderte. Si esto sucede, detente e indícale a tu mascota verbalmente que lo que estás haciendo no le causará daño. En todo caso, déjale en claro que no estará expuesto a ningún tipo de peligro.
Existe también la posibilidad de que a tu perro le puedan gustar las cosquillas, pero en ocasiones específicas. Hacerle cosquillas después de una caminata ardua no sería lo más recomendable, es mejor que lo dejes reposar.
Si tu perro tiene agrado por ello, te lo hará conocer saber mediante contacto visual, girando de un lado a otro o ladrando y haciéndose notar para jugar. Allí es cuando sabes que es el momento de hacer cosquillas.
¿Por qué siempre sacuden frenéticamente sus patas al hacerle cosquillas?
Así como cuando te dan un pequeño golpe en la rodilla para que tu pie se alce involuntariamente, el sacudir de las patas traseras de tu perro cuando le haces cosquillas es un acto reflejo. Cada vez que tu perro siente este estímulo porque le rascas en un lugar de cosquillas, éste, de manera instintiva, hará un ademán de querer rascarse. Al no lograrlo, se produce el curioso evento de los canes de al querer rascar la nada.
Fte: Smylepets