Todo lo que necesitas saber sobre la leishmaniosis
La leishmaniosis es una enfermedad transmitida por la picadura de un mosquito flebótomo infectado.
Identificar los síntomas de la leishmaniosis es crucial para un diagnóstico temprano y un tratamiento efectivo
La prevención es esencial para evitar la leishmaniosis: el uso de repelentes, las pruebas detección o las consultas veterinarias son aspectos esenciales
La leishmaniosis es una enfermedad parasitaria transmitida por la picadura de un mosquito. Es muy probable encontrarlo en lugares húmedos y cálidos como Sudamérica o países ubicados cerca del mar Mediterráneo como España, Italia, entre otros. Sin embargo, ha habido una expansión hacia las zonas frías convirtiéndola en una enfermedad en auge. Es por ello por lo que, para proteger a tus mascotas, te presentamos los síntomas, algunos posibles tratamientos y formas de prevenirlo.
La leishmania se contrae a través de una picadura de un flebótomo (mosca de arena) infectado. Estos insectos son los vectores responsables de transmitir la enfermedad.
Cuando un flebótomo infectado pica a un perro, el parásito Leishmania es depositado en la piel del animal junto con la saliva del insecto. Una vez en el organismo del perro, el parásito entra en las células del sistema inmunológico, como los macrófagos, donde se multiplica y se propaga a otros tejidos y órganos.
Esta replicación del parásito en el interior del perro lleva eventualmente al desarrollo de la enfermedad conocida como leishmaniosis canina. Los perros infectados pueden actuar como fuentes de infección para los flebótomos, contribuyendo así a la propagación de la enfermedad en la comunidad, tanto entre humanos como entre otros animales.
Además de la picadura de flebótomos, existen otros posibles modos de transmisión de Leishmania en perros, como la transmisión vertical de madre a cachorro durante la gestación o la lactancia, aunque este método es menos común.
Síntomas de la leishmaniasis
Los síntomas de la leishmaniosis en perros pueden variar según la forma y la gravedad de la enfermedad:
Síntomas cutáneos: lesiones en la piel, como úlceras, nódulos o alopecia (pérdida de pelo). Costras alrededor de la nariz, orejas y ojos. Engrosamiento de la piel en ciertas áreas, especialmente en las orejas y el hocico. Enrojecimiento, inflamación y descamación de la piel.
Síntomas sistémicos: pérdida de peso inexplicable, pérdida de apetito, letargo y debilidad, fiebre intermitente, ganglios linfáticos agrandados, sangrado nasal o de las encías. dolor en las articulaciones y problemas oculares, como uveítis (inflamación ocular) o queratoconjuntivitis seca (ojo seco).
Tratamiento de la leishmaniosis
El tratamiento de la leishmaniosis incluye medicamentos específicos y cuidados de apoyo.
Medicamentos antiparasitarios: Tenemos los antimoniales pentavalentes, es el tratamiento estándar para la leishmaniosis. Estos medicamentos, como el antimoniato de meglumina, ayudan a reducir la carga parasitaria y controlar la progresión de la enfermedad. También encontramos el Alopurinol, un medicamento oral que se utiliza para reducir la replicación de Leishmania en el cuerpo. Se suele administrar en combinación con los antimoniales pentavalentes para mejorar la eficacia del tratamiento.
Cuidados de apoyo: Una alimentación equilibrada y de alta calidad es importante para mantener la salud general del perro y apoyar su sistema inmunológico durante el tratamiento. Asimismo, el veterinario puede recetar medicamentos adicionales para controlar los síntomas específicos, como antiinflamatorios para reducir la inflamación articular o medicamentos para mejorar la salud ocular en caso de afectación ocular.
Prevención de la leishmaniosis
La prevención de la leishmaniosis es clave para proteger a las mascotas de esta enfermedad potencialmente grave. Aquí hay algunas medidas importantes para ello:
Uso de repelentes de insectos: aplicar regularmente repelentes de insectos específicamente diseñados para perros. Estos productos pueden ayudar a disminuir el riesgo de picaduras de flebótomos.
Control ambiental: mantener limpios y libres de maleza los alrededores de la casa y el área donde vive el perro para reducir la presencia de criaderos de mosquitos. Utilizar mosquiteros en puertas y ventanas para evitar la entrada de flebótomos al hogar.
Pruebas de detección regulares: realizar pruebas de detección de Leishmania de forma regular, especialmente en áreas donde la enfermedad es endémica. Esto puede ayudar a detectar la enfermedad en sus etapas tempranas y comenzar el tratamiento de inmediato.
Consultas veterinarias regulares: programar visitas regulares al veterinario para realizar chequeos de salud completos y discutir las medidas preventivas adecuadas para tu perro, especialmente si vives en un área donde la leishmaniosis es común.
Al seguir estas medidas preventivas, puedes ayudar a reducir el riesgo de que tu perro contraiga la leishmaniosis y garantizar su salud y bienestar a largo plazo. Recuerda siempre consultar con tu veterinario para obtener orientación específica sobre la prevención de la leishmaniosis en tu área.